Por: César Useche | 180gradosprensa.com y Surcolombiano.com
Participantes de la vigilia por los humedales de Neiva, desde el atrio de la catedral, logran comprometer a varias autridades de la ciudad en un acuerdo de voluntades, cuyo propósito es lograr que el Plan de Ordenamiento Territorial, actualmente en discusión por parte del Concejo Municipal, incluya una política definida en favor de proteger y conservar estos microecosistemas urbanos.
Tras 48 horas de pacífica protesta, el acuerdo ha sido firmado por los delegados de la CAM, la Personerìa de Neiva, del Consejo de Paz y Derechos Humanos de Neiva, el Procurador Provincial Agrario del Huila y los representantes de los grupos ambientalistas Fundación El Curíbano, Fundación Cobida, Globo Verde, Reverdecer, Ecociudadanos y Semilla Galáctica, organizadores de la protesta.
La iniciativa busca que los 33 humedales, que aun quedan dentro del área urbana municipal, puedan salvarse de las amenazas que representan las empresas urbanizadoras, pero también de las conductas inapropiadas e indeseables de muchos habitantes, que arrojan basuras, talan y matan la fauna de estos ecosistemas.
En la ‘carta de voluntades’ que ha sido firmada, se hacen dos llamados específicos. El primero a la juez Quinta Penal del Circuito de Neiva, Olga Lucía Becerra Dorado, para que acoja una tutela en favor de los humedales interpuesta por niños del oriente de Neiva. Y el segundo, a las autoridades ambientales de Neiva: “lo que ha ocurrido con el humedal El Chaparro es una tragedia ecológica (...) No puede volver a ocurrir con los otros humedales de nuestro territorio lo que suecedió con el humedal El Chaparro”.
Tras este acuerdo, se espera que quienes intervinieron trabajen para la creación de una mesa técnica que logre la inclusión de una política de potección y conservación de humedales dentro del plan de ordenamiento de la ciudad. También reivnidica la tarea de los ambientalistas en medio de la ola de asesinatos de líderes sociales en Colombia.
Domine ne maledicis
Los ambientalistas escogieron el atrio de la catedral del Neiva para desarrollar su protesta, como una forma de reclamo al obispo Froilan Casas, por sus infortunadas palabras en la columna semanal que él publica en un diario regional. “Ahora los llamados defensores de los animales, y por qué no decir, de la naturaleza, han descubierto que el agua moja y entonces se rodean de una caterva de ignorantes que hacen mucho ruido y salen a la palestra convenciendo a los ingenuos e ignorantes, que se vuelven portavoces, oyendo cantar al gallo, pero sin saber dónde”, escribió el sacerdote católico. ‘Domine ne maledicis’ o ‘no insulte señor’, le han pedido los activistas. “El obispo Froilán Casas, con una mano bendice y con la otra estigmatiza y destila veneno, ¡ahí está pintado!, me parece tan mezquino y ruin de una persona como él que se refiera como “una caterva de ignorantes que hacen mucho ruido”, ha dicho para la prensa Humberto Perdomo, integrante del colectivo Globo Verde. “¿El ilustrado en Neiva es él? Propio del clasismo que lo arropa por los privilegios que debe tener en su grupo religioso”, remató Perdomo.
La verdad sea dicha, las desatinadas palabras del obispo, son todo lo contrario del pensamiento y política actual del Vaticano: ‘Laudato si’, mi’ Signore’ (Alabado seas, mi Señor). Así titula el papa católico Francisco la carta encíclica sobre el cuidado de la casa común, la Tierra. Una encíclica que el obispo de la diócesis de Neiva parece no haber leído. “Hoy creyentes y no creyentes estamos de acuerdo en que la tierra es esencialmente una herencia común, cuyos frutos deben beneficiar a todos. Para los creyentes, esto se convierte en una cuestión de fidelidad al Creador, porque Dios creó el mundo para todos. Por consiguiente, todo planteo ecológico debe incorporar una perspectiva social que tenga en cuenta los derechos fundamentales de los más postergados. El principio de la subordinación de la propiedad privada al destino universal de los bienes y, por tanto, el derecho universal a su uso es una «regla de oro» del comportamiento social y el «primer principio de todo el ordenamiento ético-social»”, dice la encílica.Neiva, es una ciudad asentada en los valles del bosque seco tropical.
El sistema de riachuelos, drenajes y humedales ha sido destruido y alterado drásticamente por el crecimiento urbano, ante la absoluta ignorancia de las autoridades locales, quienes siempre han menospreciado y desestimado los asuntos ambientales y ecológicos.
De ese complejo hídrico, subsisten alrededor de 33 humedales y algunas quebradas y drenajes que surcan la ciudad. Pero si la ciudadanía no pone en ellos los ojos y frena el desmedido interés de las constructoras, así como el comportamiento irresponsable de muchas personas, pronto desaparecerán por completo, y con ellos los nichos de mumerosas especies.
En resumen, se busca que las autoridades y el ordenamiento local reconozca estos ecosistemas sensibles, como sujetos de derecho, y que fije normas y políticas para su conservación, protección y disfrute, en particular los humedales de El Chaparro, El Curíbano y llamado Jardín Botánico.
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