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La lengua es el azote...

Por: César Augusto Useche Losada | 07-03-2021

(Fotografía Humedal El Chaparro Parque de Ciudad)


Leo, leo y más me convenzo que el señor Froilán Casas, el obispo de los católicos en el Huila, está equivocado. O bueno, digámoslo de otra manera: él como teísta cristiano entiende una cosa, y yo como ateo secular, otra, cuando leemos la encíclica Laudato Si del papa Francisco.


Se sorprende y se molesta el obispo Casas Ortiz porque un puñado de personas aquí en la parroquia de Neiva, pida la protección de los humedales de la ciudad. Y aspiran por tanto, a un reconocimiento de derechos, tanto para todos los humanos que habitamos este valle del bosque seco tropical, en proceso de desertificación hace siglos, como para los seres no humanos que hacen parte de estos ecosistemas.


El señor Casas Ortiz niega tajante que la Naturaleza pueda ser sujeto de derechos. Y se molesta: llama a quienes afirman lo contrario, "caterva de ignorantes", "ingenuos e ignorantes". Y además, anticipa su molestia por eventuales críticas a sus ideas: "¡Cuidado dice o piensa lo contrario! -lo sacan del lote-. ¡Que pena!".


Ciertamente, si. ¡Que pena con su merced, don Froilán! Haber, vamos por partes. Por favor, los católicos que me lean, me corrigen.


He leído completa y con atención la encíclica Laudato si. ¡Un gran documento! Resumo sus finalidades así:


En Laudato Si el papa Francisco se dirige a “todos los habitantes de este planeta”, no únicamente a los creyentes. Ni sólo a los católicos. El papa Francisco pone su visión en continuidad con sus predecesores y en armonía con pensadores no católicos o seculares (páginas 3-9).


La encíclica Laudato Si, está animada por el espíritu de San Francisco de Asís, patrón santo de aquellos cristianos que promueven la ecología, y pone énfasis en la importancia de estas raíces espirituales. “Si nos acercamos a la naturaleza y al ambiente sin esta apertura al estupor y a la maravilla, si ya no hablamos el lenguaje de la fraternidad y de la belleza en nuestra relación con el mundo, nuestras actitudes serán las del dominador, del consumidor o del mero explotador de recursos, incapaz de poner un límite a sus intereses inmediatos. En cambio, si nos sentimos íntimamente unidos a todo lo que existe, la sobriedad y el cuidado brotarán de modo espontáneo.” (página 11)


Y, en Laudato Si, Francisco hace un llamado urgente a todas las personas a “un nuevo diálogo sobre el modo como estamos construyendo el futuro del planeta” (página 14).


Don Froilán es amigo de la Naturaleza. En un párrafo de su infortunada columna en un diario regional, afirma:


“No cabe duda que el hombre ha sido y es el mayor depredador de la naturaleza. ¡Cómo duele la contaminación de los ríos, los bosques, la tierra en general, -no vayamos tan lejos, ¿qué es el río Loro o Del Oro? Pues sencillamente una cloaca que atraviesa buena parte de nuestra ciudad de Neiva. ¿Quién lo ha contaminado?, ¿los marcianos? Creo que no. El ser humano es un ser indómito, no lo cambia ni Mandrake. ¡Qué tristeza! ¡Ah! Imagínese usted, se fundan hasta partidos verdes y, ¿cuáles son los resultados? ¡Qué sofisma de distracción! La sensibilización que hemos venido haciendo, organismos y causas, ha hecho bien, pero hacen falta decisiones políticas que determinen la protección de la naturaleza.”


Pero se contradice don Froilán, quizás sin darse cuenta. Niega a rajatabla que la Naturaleza pueda ser objeto de derechos, pero luego lamenta que falten políticas de protección de la naturaleza. ¿Es acaso el derecho una disciplina ajena a la política? Desde luego no. Derecho y política son consustanciales.


Don Froilán, usted es un buen tipo. Un buen ser humano. Pero usted representa la verdad para muchas personas que siguen el credo cristiano. Esto hace que sus posibles errores, sus salidas de tono en el lenguaje, sus errores conceptuales, tengan mayor preponderancia que las de cualquier otro parroquiano como uno.


Considerar a la Naturaleza sujeto de derecho en sí misma, primero, no es nuevo; es una tendencia en ascenso dentro de las tendencias más actuales y progresistas del desarrollo del derecho en el mundo. Implica un cambio de postura radical: del antropocentrismo al biocentrismo. Una nueva era en la mentalidad humana, pero apenas comienza.


Entonces no es una ocurrencia de una “caterva” de “ingenuos e ignorantes”. Insulta y es grosero llamar de esa forma a un grupo de ciudadanos que legítimamente, tratan de llamar la atención sobre un problema común y acuciante.


Y segundo, su merced parece no estar informado al respecto, pero existe una tendencia teórica, una nueva postura ética y política, que acoge a la Naturaleza como sujeto de derecho. Javier Alfredo Molina Roa, abogado de la Universidad Católica de Colombia, especialista en Derecho Ambiental de la Universidad del Rosario y Magíster en Derecho con énfasis en Derecho de los Recursos Naturales del Externado, dice a propósito, parafraseando, que:


  • Cuando la naturaleza es considerada como un ente con valor propio, independiente de la naturaleza humana, plantea un desafío jurídico a la razón occidental. Del mismo modo, el reconocimiento expreso de derechos del mundo no humano implica una transformación profunda en las categorías axiológicas del sistema jurídico.

  • Para la sociedad de consumo en la que vivimos es fundamental que la naturaleza, los ríos y los ecosistemas, sean considerados como entes con personalidad jurídica, con todos los derechos y con posibilidad de ser garantizados mediante acciones judiciales.

  • El nuevo paradigma jurídico tiene en la actualidad una serie de manifestaciones tanto en países europeos como en países con economías emergentes que se evidencian en principios valores constitucionales, leyes, políticas y fallos jurisprudenciales.

  • La naturaleza, los animales, los ecosistemas, los ríos, entre otros, son nuevos sujetos con atributos jurídicos exigibles por medio de acciones constitucionales y legales de protección.

  • En el caso de los animales, los mismos han empezado a trascender de ser considerados cosas para ser considerados como ‘seres sintientes’ poseedores así mismo de derechos con la posibilidad de lograr una especie de estatus de ciudadanos dentro de la comunidad política.


El interesado en desmentirme o en profundizar en el tema, encuentra en la Internet abundante literatura de calidad al respecto.


Obispo Froilan, nada de lo que pide esa “caterva ignorante” (calificación que usted no ha rectificado), es en realidad nuevo o un exabrupto.


El ordenamiento jurídico colombiano, por suerte, ya acoge está tendencia del derecho actual. Ejemplos son el Decreto 1148 del 5 de julio de 2017, norma que designa como representante legal de los derechos del rio Atrato, su cuenca y sus afluentes al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible; también la Sentencia de Corte Suprema de Justicia STC4360-2018 del 05 de Abril de 2018 , decisión judicial que define la Amazonía como sujeto de derechos; que a su vez se funda en la argumentación de la sentencia T-622/17 de la Corte Constitucional.


Cómo viene de bien a propósito de esta sana controversia pública, las enseñanzas del apóstol Santiago, capítulo 3, ese mismo de dónde resulta la sentencia popular, según la cual la lengua es el azote del culo.


"¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que muestre por su buena conducta sus obras en sabia mansedumbre", versículo 13.

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